Junior avanzó de manera sufrida y emotiva a su cuarta semifinal consecutiva de la Copa Águila, tras vencer como local 1-0 a Millonarios en un partido muy cerrado y que se definió sobre el final con un cobro de tiro penal ejecutado magistralmente por Jarlan Barrera.

Tal y como se esperaba en la previa de las acciones, Junior y Millonarios protagonizaron unos primeros minutos cerrados. Entre el estudio y la timidez, ambos equipos aportaron muy poco al espectáculo, pues no demostraban la gran contundencia sobre el arco rival.

Por los de casa, Yimmi Chará poco aportó durante los primeros minutos, mientras que James Sánchez no tuvo el peso que se esperaba de él durante buena parte de las acciones. En cuanto a actividad, los que más se mostraron estuvieron sobre la banda izquierda, en las figuras de Germán Gutiérrez y Léiner Escalante.

Las novedades en las acciones, tras algunas escaramuzas sin mayor trascendencia, empezaron a los 31 minutos cuando atacante Duvier Riascos debió salir del campo de juego lesionado por un hombro tras una acrobática jugada en el área rojiblanca.

Pero los últimos 15 minutos de la primera etapa fueron los más cargados de emociones. A los 34, el defensor central Rafael Pérez cabeceó un centro de James Sánchez que se fue apenas por encima  de la portería de Nicolás Vikonis.

Sin embargo, la más clara del partido fue a los 35, cuando Sánchez aprovechó una asistencia de Roberto Ovelar para controlar y disparar en segunda intención para mandar la pelota apenas rozando la meta de Vikonis, arrancando los suspiros de la tribuna.

Así, con poco fútbol en la cancha y la expectación de los aficionados en la tribuna, los de Julio Comesaña se fueron al descanso esperando poder cambiar el ritmo de las acciones.

Para eso, Comesaña movió las fichas y mandó al campo de juego al samario Jarlan Barrera en lugar de un discreto Sánchez, para tratar de ganar creatividad y ofensiva en el equipo.

Y en tan solo dos minutos en la cancha, se vio el cambio total de actitud de la escuadra tiburona. A los 47 Jarlan conectó con Chará para que este le mandara un centro al corazón del área a Ovelar quien se lanzó de ‘palomita’ para rematar una pelota que apenas se fue por un costado.

Jarlan entró con la picardía que necesitaba el equipo y pronto comenzó a generar faltas, logrando que a los 66 minutos Juan Guillermo Domínguez y John Duque tuvieran tarjetas amarillas en el visitante.

Además de un tiro libre que fue aprovechado por el mismo Jarlan para levantar un centro al segundo palo donde Roberto Ovelar volvió a cazar la pelota de cabeza, pero mandándola un poco por encima de la cabaña visitante.

Los minutos avanzaban y el 0-0 se mantenía en el marcador. Comesaña volvió jugar sus cartas y mandó al terreno de juego al wayúu Luis Díaz para buscar algo más de agresividad. El zurdo tuvo su momento protagónico a los 80 minutos cuando disparó a puerta y obligó a una gran estirada de Vikonis.

Sin embargo, Junior nunca dejó de empujar. Así, en el minuto 85, el recién ingresado Luis Díaz fue derribado en el área por el arquero Vikonis en una muy apretada jugada que fue decretada como tiro penal por el central de la contienda Mario Herrera.

En medio de un estadio conmocionado, frente a la pelota se paró Jarlan para definir las acciones. Hubo un instante de silencio en las tribunas antes del cobro. Jarlan respiró, y engañó al portero que se lanzó a la derecha mientras él la tocaba de zurda para que entrara suavemente. Jarlan hizo temblar al Metropolitano hasta las bases de su estructura.  

Los minutos finales, cargados de tensión, apenas dejaron espacio para comerse las uñas. Pero al final Junior firmó su avance a su cuarta semifinal consecutiva y enfrentará al ganador de la llave entre Nacional y Patriotas.